En un reciente evento organizado por Jordi Wild, el popular streamer conocido como El Xokas se ha visto envuelto en una controversia debido a un gesto interpretado por muchos como un «saludo romano», similar al utilizado por el fascismo italiano y posteriormente por el nazismo. Este acto ha generado un amplio debate sobre la apropiación y el significado de tales gestos en la cultura contemporánea.
El diputado Víctor Egio ha sido uno de los críticos más vocales, expresando su opinión en una publicación en X (anteriormente Twitter) donde califica el gesto de El Xokas como una «provocación gratuita» y sin ninguna necesidad. Egio cuestiona la autenticidad de la actitud rebelde de El Xokas y Jordi Wild, sugiriendo que su transgresión se limita a acciones superficiales y sin verdadero impacto social.
Por otro lado, defensores de El Xokas y Jordi Wild argumentan que el contexto del evento era de entretenimiento y que el saludo se utilizó en un ambiente de teatralidad, inspirado en la temática romana del espectáculo. Según esta perspectiva, el gesto fue interpretado maliciosamente fuera de su contexto lúdico, sin intención de hacer apología a ideologías políticas extremas.
La controversia ha abierto un debate más amplio sobre la responsabilidad de las figuras públicas en redes sociales y eventos masivos. Mientras algunos ven en el acto de El Xokas una falta de sensibilidad hacia la historia y las víctimas del fascismo, otros consideran que la reacción ha sido exagerada y que se debería diferenciar entre una broma escenográfica y un verdadero apoyo a ideologías nocivas.
Este incidente también ha puesto en relieve la influencia de los influencers en la sociedad y su capacidad para moldear opiniones y comportamientos, especialmente entre una audiencia joven y susceptible a las tendencias culturales. La polémica invita a reflexionar sobre el uso de símbolos históricos en contextos modernos y la necesidad de una mayor conciencia cultural y política en el entretenimiento digital.
En resumen, mientras algunos critican a El Xokas y Jordi Wild por lo que perciben como una falta de seriedad y compromiso con temas más profundos, otros defienden su derecho a la expresión creativa, incluso cuando esta se manifiesta de formas que pueden ser malinterpretadas. La discusión continúa, con opiniones divididas sobre el impacto y las intenciones detrás del gesto en cuestión.
