Miles de personas se concentraron hoy en la plaza de los Mártires de Damasco para exigir un estado secular en Siria, tras unas controvertidas declaraciones de Obaida Arnaout, portavoz del gobierno de transición, sobre el papel de las mujeres en la sociedad.
Las protestas se desencadenaron después de que Arnaout sugiriera en una entrevista que las mujeres deberían centrarse en su rol tradicional en el hogar y la familia, lo que provocó la indignación de numerosos sectores de la población. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes y mujeres, portaban pancartas con lemas como «Siria es secular» y «Libertad para las mujeres», y corearon consignas contra el gobierno de transición y Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
La caída de Damasco en manos de HTS, antiguo afiliado de Al-Qaeda, ha generado incertidumbre sobre el futuro del país. Si bien el grupo ha prometido un gobierno inclusivo y moderado, las recientes declaraciones de Arnaout han sembrado dudas sobre su compromiso con los derechos de las mujeres y la laicidad del estado.
La movilización de hoy pone de manifiesto la profunda división que existe en la sociedad siria sobre el modelo de estado que debe regir el país tras la caída de Al-Asad. Mientras algunos sectores abogan por un estado islámico, otros defienden la necesidad de mantener la laicidad que ha caracterizado a Siria durante décadas.
El gobierno de transición, por su parte, ha intentado calmar los ánimos asegurando que respeta los derechos de las mujeres y que las declaraciones de Arnaout no representan la posición oficial del gobierno. Sin embargo, las protestas continúan y amenazan con desestabilizar aún más la situación en el país.
